Tres barcas en la calle, por Jnj, 2013 |
tres años perdidos
y el frío de las seis de la mañana.
Van a partirte el corazón.
De pronto
la luz apagada,
los pasillos turbios,
la puerta que clava su ruido en la espalda.
Van a partirle el corazón.
Y arrastra
una cadena oscura
de pasiones heladas,
ese frío que cabe solamente
detrás de una palabra.
Y yo la veo caminar,
despacio,
perderse en lo que anda,
fugitiva tristeza que va y viene
de la sombra a la puerta de mi casa.
La luz artificial deja en la calle
el temblor silencioso
de tres barcas ancladas.
Cuando ella cruza por mi lado siento
como un golpe de remos
y un murmullo de agua.
Luis García Montero, 1991
Todavía, los días, los lugares y horas exactas le hacen recordar su pasado que ya fue pero siempre estará plasmado en el espacio y el tiempo.
ResponderEliminarEstás cargadita de razón, Miriam. Ese temblor silencioso de tres barcas ancladas y ese como golpe de remos son lo mismo que Neruda escribió hacia el final de su "Poema XX":
EliminarYa no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
La muerte está a la vuelta de la esquina esperando que llegue nuestra hora.
ResponderEliminarCiertamente, Aitor. No obstante, ¿a qué aquí tu comentario? Vale que muerte y amor son los dos grandes motivos poéticos, pero no acabo de ver la relación.
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